En el artículo anterior https://vicroart.com/2023/09/07/albi-%e2%9d%a4%ef%b8%8f-france/ te contaba que habíamos llegado a Aviñón para embarcarnos en una aventura fluvial por el río Ródano hasta Lyon. La distancia entre esas dos ciudades es relativamente corta y es posible recorrerla en auto, sin embargo haber hecho el viaje en barco nos permitió tener una perspectiva diferente de los lugares que visitamos.

Aviñón fue una ciudad que me fascinó, me doy cuenta que fueron varias las ciudades que me enamoraron en este viaje por Francia 🙂 ). Las razones son muchas y van desde el icónico puente inmortalizado en la canción infantil hasta su casco histórico protegido por imponentes murallas que cumplieron su función defensiva en más de una ocasión. Dentro de esa fortaleza te encontrás con callecitas angostas y veredas casi inexistentes junto con edificaciones magníficamente conservadas y una variedad de negocios, bares y restaurantes con mucha onda. Entre mis negocios favoritos encontré la tienda Pylones que con sus bellos y particulares diseños.(https://www.pylones.com/en/)

Por supuesto, la presencia imponente del Palacio de los Papas no pasa inadvertida. Este majestuoso edificio fue la residencia de los papas entre los años 1309 y 1377, agregándole una capa extra de historia y grandiosidad a esta ciudad.

Al salir de Aviñón nuestra primera visita fue a la ciudad de Arles, lugar en donde Vincent Van Gogh vivió desde 1888 hasta 1889.

Recorrer los lugares que sirvieron de inspiración para la creatividad de este pintor resultó emocionante y para darle un toque de dramatismo experimentamos «el mistral» un viento fuerte y bastante incómodo característico de la región, el cual fue mencionado por Vincent Van Gogh en varias ocasiones en las cartas que enviaba a su hermano Theo.

La visita también nos conectó con un episodio triste de la vida de Van Gogh. Fue aquí donde ocurrió la confrontación con el pintor Gauguin que terminó en el confuso y dramático incidente del corte de su oreja. Soy una gran admiradora de la pintura de Van Gogh y su historia me conmueve de una manera particular, quizás porque su arte no fue apreciado durante su vida.

Al regreso del viaje comencé a leer las cartas que le envió a su hermano Theo (quien además era su marchant) focalizándome en el período en el que vivió en Arles. En ellas le contaba sobre la ciudad y su potencial, le solicitaba materiales y compartía sus inquietudes sobre la baja calidad de algunos que conseguía en la ciudad. Es interesante destacar que algunas de sus obras perdieron color con el paso de los años, validando así las preocupaciones que expresaba en sus cartas.

Le relataba a su hermano las dificultades que tenía para encontrar modelos para sus retratos y le describía las obras, con bastante detalle, que le enviaría por correo hacia París.

Además, compartía con él sus estados de ánimo tan variables, que oscilaban entre días en los que no podía dejar de pintar y hacer planes para establecer una residencia para artistas en la zona (de ahí su insistencia en que Theo convenciera a Gauguin de mudarse a Arles) en contraposición con momentos de profunda tristeza, con recurrentes pensamientos desalentadores donde se le hacía difícil encontrar sentido a lo que hacía. A su vez trataba de convencer a Theo que no se preocupara porque él se mejoraría; algo que como sabemos no ocurrió. Una historia y un final realmente muy triste.

Cambiando de tema hubo algo que me sorprendió de Arles, y no para bien, y es que siguen haciendo corridas de toros en una vieja arena romana. Un espectáculo que me parece de una injusticia absoluta para los animales y que no logro entender 😦

Durante nuestro viaje, recorrimos diversas áreas y ciudades con paisajes muy variados. Un ejemplo fue la recorrida por algunas bodegas del área de Châteauneuf-du-Pape, denominación de origen para los vinos que allí se producen. El nombre hace referencia al papa probablemente porque fue Juan XXIII quien impulsó la plantación de viñedos. También visitamos pequeñas ciudades cargadas de historia como Vogüé y Saint-Remy-de-Provence. Y cuando estuvimos en Vienne, nos encontramos con calles cerradas donde iba a tener lugar un festival de jazz. Todo muy animado.

Aunque si tuviera que elegir entre mis lugares favoritos me quedo con la zona de Ardèche con sus montañas, el rio y gente disfrutando de la naturaleza. El Vallon-Pont-d’Arc me dejó absolutamente impresionada.

Saint-Remy-de-Provence
Vienne
Saint-Remy-de-Provence
Châteauneuf-du-Pape
Vallon-Pont-d’Arc
Châteauneuf-du-Pape
Vogüé
Vienne
Vallon-Pont-d’Arc

Navegando por el río Ródano cruzamos varios embalses, donde el barco debe maniobrar con mucha precisión en espacios increíblemente pequeños para cruzar de un lado a otro del río. La experiencia resulta algo estresante. Cualquier movimiento erróneo podría terminar en una catástrofe. Tal vez estoy siendo un poco exagerada pero para darte una idea más clara, te muestro este video que grabé en cámara rápida. La situación se desarrolló de noche, a un ritmo pausado (no como en el video), y si sos algo claustrofóbico como yo, vas a entender que no estaba exagerando 😉

Crossing the river

Nuestra llegada a Lyon fue en la zona La Confluence donde confluyen los ríos Saona y Ródano. Lo que me llamó la atención fueron los diseños arquitectónicos que caracterizan a esta área: lujosos edificios de departamentos, coloridos espacios de oficinas, como el impresionante edificio de Euronews o el Musée des Confluences (https://www.museedesconfluences.fr/) . Este lugar exhibe una modernidad que contrasta de manera llamativa con el encanto del centro histórico de la ciudad. Ambas partes me parecieron bellísimas 🙂

Lyon es una ciudad famosa por su gastronomía y a nosotros que nos gusta probar los sabores locales cuando viajamos sentimos que era «una obligación» 🙂 conocer un verdadero «bouchon» que son restaurantes con comidas clásicas de esta zona de Francia. Los auténticos tienen el reconocimiento de la Bouchons Lyonnais https://lesbouchonslyonnais.org/ y Maître Restaurateur https://www.maitresrestaurateurs.fr/ una especie de premio a la calidad de los productos y que además te garantiza la autenticidad de lo que vas a comer 😛

En un negocio de venta de chocolates pedimos recomendación para almorzar en un bouchon que no fuera especialmente para turistas y fue por ese motivo que llegamos a Les Lyonnais https://bouchon-les-lyonnais.com/fr un espacio muy agradable con mesas largas para compartir con otros comensales.

Nos dimos cuenta que la mayoría de las personas (si no todas) las que llegaban al lugar hablaban en francés y pensamos que no podríamos comunicarnos con nadie en el lugar. Sin embargo a nuestro lado se sentaron Marino y Alain y con algo de español, palabras sueltas en inglés más unas pocas mal pronunciadas en francés, mucho lenguaje de manos y varios brindis 😉 pudimos conversar y esto hizo que fuera una experiencia completa e inolvidable, no sólo por la comida sino también por la buena compañía 🙂

Y una mañana de principios de julio tomamos el tren desde Lyon hacia Paris para continuar con la aventura 🙂

2 respuestas a “De Aviñón a Lyon”

  1. Gracias Laura. Uno de tus mejores envíos, si no el mejor. Envidiable recorrido por una zona cargada de historia, que mucho me gustaría conocer, lo que lamentablemente veo como imposible. Parte de mi familia vino de Soloturm, un pueblito en los Bajos Pirineos que ya ni siquiera se llama así. Muy interesante lo de Van Gogh, que sabía solo parcialmente. Un cariño grande para vos y Barnaby.

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    1. Muchas gracias, Ricardo por el apoyo de siempre. Qué interesante que tu familia venga de aquella zona y quien te dice puedas ir. Nunca digas nunca. Un abrazo gigante

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