Chacarita y San Telmo, Buenos Aires, Argentina

En cada vuelta a Buenos Aires amo redescubrir lugares que estuvieron frente a mis ojos, que miré sin realmente verlos, que aprecié pero no en su totalidad y que ahora con ojos renovados y llenos de curiosidad los disfruto plenamente.

Hoy quiero contarte sobre el Museo Fotográfico Simik https://www.instagram.com/museosimik/ ubicado en la esquina de la Avenida Federico Lacroze y Fraga en el barrio de Chacarita; en el cual viví durante casi diez años y al que iba con frecuencia a encontrarme con amigas, a veces sola a tomar un café y alguna que otra vez a escuchar jazz. 

Lo maravilloso de este café es que al ingresar te encontrás con una enorme colección de cámaras fotográficas de todos los tiempos que se exhiben en vitrinas y además debajo de sus mesas de vidrio. Entrar al Simik es sumergirse en una atmósfera histórica.

Unos días atrás mientras caminaba por el barrio de Belgrano, volví a sentir ganas de escribir sobre Buenos Aires y decidí contactarme con artistas y lugares representativos de la ciudad. En esa búsqueda encontré que el Museo Fotográfico Simik es desde el 2011 uno de los “bares notables” de Buenos Aires; esto significa que es considerado parte del patrimonio cultural de la ciudad.

Decidí ponerme en contacto con Alejandro Simik, dueño y creador del museo fotográfico quien muy amablemente me recibió en el local de Chacarita. Durante la conversación tuve la oportunidad de conocer sobre los comienzos de este bar y me gustaría compartirlo con vos.

Alejandro comenzó con la colección de cámaras fotográficas en el año 2001. En estos momentos el local de Chacarita cuenta con dos mil cámaras muchas de ellas compradas, otras donadas y gran parte traídas a su local por cartoneros quienes las encontraban, créase o no, en la basura. Alejandro realizó un documental sobre el trabajo de los cartoneros en el año 2001, de allí el contacto con estas personas que han hecho un gran aporte al museo.

Su interés por la fotografía comenzó hace muchos años cuando fue bombero y luego perito de incendios. Me comentó que las fotos eran el relato de lo que había ocurrido en el incendio y esto le generó mucho interés; entonces comenzó a preguntarle a aquellos “artesanos” como él definió a quienes usaban sus cámaras Nikon Nikkormat, los flashes Metz y revelaban en blanco y negro (por una cuestión presupuestaria), cuáles eran los secretos para tomar buenas fotos. Esos fueron para él sus primeros pasos en el oficio.

Estudió fotografía en la Asociación de Fotógrafos, tomo varios cursos y entre sus maestros estuvo el italiano Aldo Bressi. Alejandro hizo varios trabajos de fotógrafo en eventos sociales y de una manera algo casual comenzó a enseñar fotografía.

Inicialmente Alejandro se reunía de manera informal con conocidos que se acercaban para hacerle preguntas específicas sobre fotografía. Sin embargo, la noticia se difundió y cada vez más personas se interesaron. Fue entonces cuando decidió organizar cursos más estructurados. Así, durante diez años, dos veces por semana, aquellos interesados en el arte fotográfico tuvieron a Alejandro Simik como su maestro en el sótano del museo.

El Museo Fotográfico comenzó a organizar muestras fotográficas y una vez por semana una banda de jazz tocaba en el local convirtiéndose en un referente artístico y cultural.

Actualmente diferentes bandas de jazz hacen sus shows los jueves, viernes y sábados de 20 a 22 horas.

Hace dos años, Alejandro Simik, junto con sus socios de la panadería Ronzino y Valenza, inauguraron un nuevo Museo Fotográfico en Perú 614, en el barrio de San Telmo, con una colección de seiscientas cámaras antiguas. Este establecimiento también cuenta con una panadería y una cafetería. El nuevo local se encuentra en una zona donde la historia de la ciudad de Buenos Aires se manifiesta en cada rincón.

Este grupo tiene en marcha un proyecto emocionante: la inauguración de un nuevo bar temático dedicado al cine, con cámaras filmadoras antiguas y afiches de películas de todas las épocas.

El lugar elegido para este nuevo emprendimiento es en Chile 899, también en San Telmo, espacio donde estuvo el café Maraxe, frecuentado por nada menos que Jorge Luis Borges.

Agradezco a Alejandro Simik por dedicarme su tiempo y compartir conmigo de manera tan amable la historia de uno de los lugares emblemáticos de Buenos Aires.

Muchas gracias por pasear conmigo por la ciudad.

2 respuestas a “Crónicas Porteñas 25 Museo Fotográfico Simik”

  1. Gracias Laura, muy interesante. No sabía que existía un museo específico. En un tiempo le alquilaba el consultorio que había sido de mi suegro a un médico, que en ese tiempo era jefe de cardiología del Hospital Salaberry (ahora el Santojanni). Este hombre, el doctor Motta, coleccionaba cámaras fotográficas y tenía más de 100, incluso algunas muy chiquitas. Yo mismo tengo un par de las más económicas y ya totalmente obsoletas (Kodak Bullet por ejemplo) pero nunca me dediqué a la fotografía. Mi padre sí lo hacía y era un plomazo cuando revelaba, dado que ponía unas luces rojas y la casa quedaba a oscuras, después tenía las cubas con los líquidos y la ampliadora. En fin, viejos tiempos. Te mando un cariño para vos y Barnaby Ricardo

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  2. Alto bar!! Muy buena nota

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