Buenos Aires, Argentina

La vida tiene formas curiosas de sorprenderme, especialmente cuando me conecta con personas de manera inesperada. Hace unos meses, cuando visité la librería Mandolina https://www.instagram.com/mandolinalibros/ con la idea de hacerle una nota, conocí a Max Mirelmann https://www.instagram.com/meinbuchfilm/ https://www.instagram.com/maxmpaisajismo/, un amigo de la casa, con quién nos pusimos a conversar mientras los clientes no dejaban de entrar al lugar.

Durante nuestra charla, mientras compartimos historias sobre nuestros antepasados, Max mencionó que había dirigido el corto Mein Buch, una obra profundamente conectada con su historia familiar. En él, narra la vida de su padre, un inmigrante suizo-polaco quien tuvo una vida bastante particular. El corto fue presentado en el Festival BAFICI en 2023.

Al volver a mi casa, vi el corto y me conmovió, no sólo por su carga emotiva, sino también por la manera en que se eligió contar esa historia.

Entonces lo invité a sumarse al proyecto Amigas y Amigos Artistas. Desde ese momento, para la preparación de esta nota, intercambiamos muchas conversaciones y mensajes sobre la vida, siempre acompañados de risas y mucho humor, nos hubiese gustado transmitir algo sobre esa dinámica pero no logramos plasmarlo como deseábamos 🙃.

Trailer Mein Bunch

Lo que comenzó como una charla casual se convirtió en un viaje hacia la historia de una pasión renovada.

Max es un artista que empezó a filmar siendo muy joven y luego hizo una pausa prolongada en su carrera. Al llegar la pandemia, lo que estaba latente en su interior salió a la luz. Sintió una necesidad de contar su historia, de volver a estar detrás de la cámara.

El destino lo reunió con Ignacio (Nacho) Masllorens https://www.instagram.com/nachomasllorens/, una figura clave para Mein Buch, y con quien había trabajado en un proyecto de cortometraje anterior, filmado en Bariloche, al que Max considera como un gran fracaso.

Sin embargo, tuve la posibilidad de escuchar algunas anécdotas contadas por Nacho con afecto y nostalgia, y me di cuenta de que lo que a veces percibimos como fracasos, con el tiempo se convierten en algo distinto , algo más valioso de lo que creíamos; este es el puente que nos conecta con lo que hacemos en el presente.

Dice Ignacio: “De experiencias como esa no te olvidás más. Yo era muy chico, fue el primer rodaje de mi vida, esas cosas fundacionales te marcan a fuego, y por las características del rodaje, hicieron que hasta el día de hoy tenga muchos recuerdos y bastante fieles.

«Un recuerdo inolvidable fue con dos mulas que nos prestó el ejército. Entramos al mallín con las mulas y con todos los equipos de cámara, lo más delicado en unas alforjas, y al hacer diez metros una mula se hundió en el mallín hasta el cuello. Casi nos morimos porque ahí iban todos los equipos, y hubo que sacar a la mula como si estuviera en arenas movedizas, fue tremendo. Y después las mulas iban golpeando contra todos los troncos del bosque, las alforjas iban rebotando contra los árboles, fue una pesadilla. Entonces cambiamos: le pusimos a las mulas las bolsas de dormir, la comida, todas las cosas menos frágiles, y nosotros cargamos los equipos -que pesaban un huevo-  y estábamos a las puteadas porque decíamos: Conseguimos mulas, y las mulas no llevan nada, y nosotros tenemos que cargar todo.”

Entre risas, Max agrega «Fue muy Herzog, la experiencia. Se podría hacer una película sobre eso»

“Lo primero que filmé, de muy joven, fue un cortometraje en súper 8, en el puerto de Buenos Aires.

La ciudad era distinta en esa época. El puerto era tierra de nadie, un parque de diversiones gigante y desierto donde sacar fotos, filmar, caminar, perder el tiempo. Todo esto antes de que se privatizara y se convirtiera en lo que es hoy.”

“La altura. El vértigo. Poder mirar a lo lejos. Subirse a algún lado: una montaña, una grúa, un edificio abandonado, no importaba. Cualquier lugar alto para escaparse del mundo. Estar a solas, en silencio. En las terrazas, en las cúpulas. También hay encierro en esa soledad urbana.”

“Mi padre fue un suizo montañés que desembarcó en la llanura pampeana. Lo primero que hizo fue buscar sus montañas. Yo hice lo mismo: quise contar una historia que transcurra en las alturas.”

“Fue un fracaso, un intento fallido, o tal vez una historia que quiso manifestarse de manera diferente. En vez de moldear la historia, la historia nos moldeó a nosotros. La forma en que la encaramos fue errónea, estaba destinada al naufragio, pero la vivencia fue interesante y superó ampliamente el resultado. La película, el verdadero relato era lo que nos estaba pasando día a día con la filmación, más que lo que estábamos filmando. La historia original era ridícula, absurda, una excusa para que se pudiera contar lo que nos estaba pasando en el rodaje. Que nunca se contó, por otra parte. Hasta ahora.”

“Pasaron los años, pero las ganas de contar historias continúan y en este momento estamos desarrollando un nuevo proyecto. Un cortometraje documental sobre la obra de Raúl Usandivaras: médico psiquiatra, psicoanalista, investigador, pionero en psicoterapia de grupos en Argentina».

La historia está contada por Dina Cusnir https://www.instagram.com/dinacusnir/ y Blas Castagna https://blascastagna.blogspot.com/: una pareja de artistas que tuvieron encuentros con Usandivaras a lo largo de los años, conversando sobre la relación del arte y la psicoterapia, y también el proceso de curación a través de técnicas novedosas grupales como la regresión creativa; aspectos sociales y existenciales, la función de los mitos colectivos y personales. El viaje del Héroe y arquetipos junguianos como la Sombra y el retorno de lo reprimido.”

Este trabajo es una nueva mirada sobre Usandivaras, una reelaboración de otro cortometraje sobre él realizado en 1995: La búsqueda del pájaro azul”.

La historia de Max es la de alguien que redescubre el amor por filmar. Cuando algo nos apasiona de una u otra forma se nos impone. Hay historias que vuelven renovadas y que merecen ser contadas desde otra perspectiva con la profundidad y sabiduría que sólo los años y las vivencias nos van dejando.

Le agradezco a Max Mirelmann, por dejarme contar su historia, por su tiempo y por haber estado muy activo leyendo, corrigiendo y juntando material para que pudiéramos escribir esta nota.

Sigamos siempre nuestros sueños.

Max Mirelmann

Notas

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