Antes de arrancar con los relatos del viaje quiero comentarte que la semana pasada tuve un momento de flaqueo, como debemos tener todos en estos días. Creo que en principio fue porque llegó el día deberíamos haber viajado a Buenos Aires, porque además era 2 de abril y el recuerdo de la guerra de Malvinas siempre me conmueve, no me entra en la cabeza que un loco arrastró a unos chicos jóvenes, sin preparación militar a una guerra absurda (como todas las guerras). Y entre todas estas emociones recibí por correo un pendrive con los dibujos del viaje por Vietnam y Camboya de Robyn Diener, una de mis nuevas amigas de Australia… No te das una idea lo que lloré con ese paquetito en mis manos, creo que en él sinteticé dolor y agradecimiento y sentí alivio por poder descargar mis emociones.
A Robyn la vi pintando en su cuadernito durante las excursiones y con la ayuda de Chris, su esposo, pasó todos los dibujos en formato en un formato jpg y además tuvo la gentileza de mandarlo desde Australia hasta Estados Unidos… no digo m´as porque me pongo a llorar otra vez.

Y acá te muestro un poco del arte de Robyn, me mandó 36 de estas postales 🙂




Luego de todo este momento emotivo, te invito a que volvamos a pasear. La mañana siguiente de la visita a la capital, me desperté muy temprano… demasiado para mi gusto, pero miré por la ventana y descubrí que estaba por amanercer, así que con la cámara en mano me fui a verlo y de paso a sacarle unas fotitos, aqui te lo comparto.

Si creiste que viajar en tuk tuk o en el rickshaw era ex´ótico, no te quiero ni contar lo que se siente viajar en un ox cart…. yo lo leí en el programa de actividades y no tenía idea de a qué se refería, así que no te imaginás mi sorpresa cuando vi que era un carro tirado por bueyes.
Si hubo una frase que siempre me llamó la atención fue: hablar de bueyes perdidos (hay otra de bueyes pero no viene al caso 😉 )… es antigua, nunca la entendí y se me ocurrieron muchas pavadas alrededor de ella, del tipo: dónde se perdieron? o si la conversación giraría por si misma en la desaparición de los bueyes. Así que cuando ví los carros y los muchachos esperando para salir mi primer pensamiento fue: ENCONTRAMOS A LOS BUEYES…no vamos a hablar nunca más de bueyes perdidos porque ya sabemos que están en Camboya 🙂 Se que estás pensando que soy una delirante pero tengo razón y vos también 😉
Bajamos del barco y allí estaban los carros preparados para llevarnos a uno de los templos. Como vas a ver en las fotos íbamos de a dos y era manejado por gente experta. Te diría que no es un medio de transporte habitual porque noté que mientras íbamos por la calle en los carros, la gente del lugar nos sacaba fotos 🙂 . Nosotros éramos la atracción. Sea como fuere la experiencia fue muy divertida y también bastante incómoda.



Llegamos a un templo local donde se realizó una ceremonia y recibimos una bendición. Algo que en todo momento tuvimos que tener en cuenta fue que yendo a lugares de culto debíamos respetar un código de vestimenta, que era tener cubiertos los hombros y vestir algo que no dejara ver las rodillas, esto tanto para hombres como para mujeres. No soy una persona religiosa pero esta experiencia fue muy emocionante.

Esa noche hubo en el barco un pool party, en la zona donde estaba la pileta, piscina, alberca o como la llames en tu pais, pasaron musica y algunos entusiastas (entre los que obviamente me encontraba) estuvimos bailando. Pero la mejor parte fue cuando una de las pasajeras se sacó el vestido (tenía un traje de baño) y se tiró a la pileta….
Me enteré que se llamaba Peree y que era australiana, queres saber c´omo? Me pareció que estaba muy sola y decidí meterme al agua con vestido yo no había estado preparada como mi nueva amiga… y la verdad es que nos divertimos muchísimo. Volvería a hacerlo.

Al otro día partimos a visitar los templos Phnom Srey y Phnom Pros donde había una enorme cantidad de monos, algunos bastante grandes, que te seguían para que les dieras algo de comer… los más grandes daban un poquito de miedo, pero sirvió ignorarlos (se supone que no hay que alimentarlos, así que no creas que fui una descorazonada). También vimos una sesión de fotos para una boda, los futuros novios no se ven demasiado felices y creo que tienen su justificación, hacía como 40 grados, humedad al máximo y el fotógrafo los tenía posando y posando… yo tambíen hubiera tenido esa cara.



Ya en el barco comenzamos a vivir nuestra cuenta regresiva, se terminaba el crucero. Tuvimos nuestra cena de despedida (qué palabra que no me gusta) pero no encuentro otra para decir que fue la última … uff esta es peor 🙂 en el barco con nuestros amigos australianos: Ilona, Alan, Sandie y Brian. Gente que nos hizo reir muchísimo y que ojalá podamos volver a ver en algún momento.

Y acá esta estamos en una foto con los chicos que se ocupaban de servirnos la comida y facilitarnos la vida en el barco. Gente encantadora, super amable y que siempre buscaban la manera de hacerme reir. Arkoun que significa muchas gracias a todos ellos.

Gracias por haberme acompañado nuevamente y lo bueno fue que se terminó el misterio de los bueyes.

Esa es la actitud amiga!!!! Siempre tirarse a la pileta!!!
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Jajaja…nada cambia. Gracias por tu comentario 😉🤗
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