Olympic National Park (Washington)

El 2020, con todas sus particularidades, nos ha cambiado muchísimas cosas y entre ellas la forma de viajar. En nuestro caso hemos decidido hacer pequeños viajes de carretera que reemplazarán a los largos que estuvimos haciendo los años anteriores. Viajes cortos, cercanos a donde vivimos y con algún espíritu de camping (solo porque compramos todas las provisiones, porque la realidad es que paramos en casas que están muy bien equipadas, así que podríamos llamarlos glamping? 😉 . Sea como fuere el espíritu de aventura sigue intacto.

El destino elegido para esta oportunidad fue la parte oeste del Olympic National Park, lugar bellísimo y en el que tuvimos la suerte de tener un clima maravilloso. Me gustan los mapas así que te muestro por qué parte del mundo estuvimos 🙂

Nuestra primera parada fue en Aberdeen, una pequeña ciudad donde nació Kurt Cobain, líder de Nirvana. Si bien nunca me gustó demasiado su música no puedo dejar de reconocer que el grunge marcó una época en lo musical en los años 90 junto con bandas como Pearl Jam (mi favorita 🙂 ) y Soundgarden entre otras. Casualmente todas de la zona de Seattle.

Homenaje a Cobain y este «monumento» a la guitarra de aire que no pude dejar de tocar 🙂

Luego de almorzar, continuamos viaje hacia el Quinault Lake en el Olympic National Park. Dejamos todo rápidamente y salimos a hacer una caminata por el bosque y a mirar el lago. Fuimos a Fletcher Canyon Trail y Maple Glade Rain Forest Trail, hicimos el recorrido cerca de la hora del crepúsculo, lo que me dio un poco de nervios porque dicen que por allí hay osos. No me preguntes por qué conecto osos con atardeceres, porque podes encontrarlos a cualquier hora, pero cuando tengo miedo soy así de irracional 🙂

Al día siguiente continuamos explorando los alrededores del Quinault Lake y algunos de sus bosques como Kestner un poquito más alejado en el que no nos cruzamos con ninguna persona y afortunadamente tampoco con ningún puma (cougar) que según dice el cartel es su hábitat. Luego hicimos una caminata más relajada pero sumamente bella por el Quinault Rain Forest Nature Trail que comenzó en el bosque y terminó bordeando parte del lago. Es interesante ver esos enormes árboles y lo increíble es encontrar muchos de ellos caídos por la fuerza del viento. Así que imaginate como debe soplar para tirar esas moles. Respecto al lago tiene una particularidad y es no permite botes a motor lo cual es maravilloso porque no hay ruido.

Finalizamos el día con un hermoso fuego bajo un cielo lleno de estrellas. Miramos algunas constelaciones y tratamos de encontrar el cometa Neowise. Misión imposible 😉

Creo que debería hacer mejores videos 🙂

El nuevo día nos encontr´o tomando nuevamente la ruta 101 camino a Kalaloch, pero antes pasamos a visitar Ruby Beach, una playa preciosa con kilómetros (o millas) para no parar de caminar. Una de las características es que tiene unas piedras de diversos colores que hacen que la playa tenga unos colores y brillos diferentes cuando brilla el sol. Además tuvimos la suerte de llegar cuando la marea estaba baja y pudimos apreciar algo de lo que ocurre bajo el mar cuando se retira por un ratito.

También fuimos a hacer una caminata por Hoh Rain Forest un lugar increíble, con árboles enormes cubiertos por musgos y unos helechos gigantes. Elegimos para el recorrido uno de los circuitos cercanos al río. Es una zona donde llueve prácticamente todo el año, pero nosotros tuvimos la fortuna de tener días soleados en todo nuestro viaje. Esto hizo que pudiéramos ver entre los árboles como se iba colando el sol.

Ya instalados en una cabaña en Kalaloch, otro lugar con una playa preciosa, salimos a caminar y mirar la puesta del sol. Una maravilla, amo las puestas del sol en el mar.

Continuando el recorrido por el Olympic National Park, nuestro viaje fue hacia Rialto Beach. Una de las cosas que llaman la atención y dan un poco de miedo también (quizás por la velocidad) son los enormes camiones con troncos que encontramos por la ruta 101. Te dejo la foto para que veas por qué tuve un poco de miedo. Camiones, osos y pumas no son mis favoritos para encontrarlos por el camino 🙂

Rialto Beach es otra playa increiblemente bella, caminamos muchísimo hasta el final de la misma, calculando la hora de la marea baja y tuvimos un regalo de la naturaleza trepando sobre rocas que supongo que por el desgaste del agua y del viento parecen talladas a mano. No vimos estrellas marinas pero todo lo demás tuvo su encanto.

Esta vez mejoré un poco el manejo de la cámara 😉

Camino a Rialto Beach pasamos por Forks una ciudad cuya principal industria es la maderera (de ahí salen algunos de los camiones) pero que desde hace unos años es muy visitada por otras razones. Y esto fue a partir de la película Crepúsculo (Twilight) bastante famosa entre el público adolescente, y basada en el libro homónimo. Forks era el territorio de los vampiros y La Push el de los hombre lobos. Esto provocó que estos lugares se llenaran (y sigan llenándose) de fans de estas historias fantásticas buscando los sitios por donde estuvieron sus protagonistas. Lo más interesante del caso es que las películas no fueron filmadas allí . Sin embargo este detalle no parece afectar a los visitantes. Yo lo que más recuerdo de la película, porque en ese momento mis hijas eran adolescentes, es el temazo de Muse: Supermassive Black Hole. El resto tuve que googlearlo porque fue borrado hace muchos años de mi disco duro 😉

Nuestro viaje continuó hacia La Push, otra de las playas que debe ser visitada pero a la que lamentablemente no pudimos entrar porque no estaba permitido el acceso al público. Tengo una teoría de por qué no nos permitieron el paso… creo que pensaron que pertenecíamos al grupo de los vampiros y como te comenté este es el territorio de los hombres lobos… ni idea de por qué pensaron eso 😉

Solo una teoría 🙂

Nuestro último día en Kalaloch lo tomamos con mucha calma. Como amaneció con un sol espectacular, salimos a caminar por la playa donde solo nos cruzamos con un nido de águilas (bald eagles). Es muy impresionante verlas tan cerca. Luego revisamos los horarios de mareas bajas (si, somos fans de las mismas) y caminamos por otra playa, esta vez sin rocas pero igualmente bella. También nos tomamos un rato para remontar un barrilete que aunque parezca increíble no fue fácil por la falta de viento. Creo que tuvimos un clima excepcional. Y si queres saber acerca de la temperatura del agua en las costas de Washington, también es muy fría como la de Oregon.

El día terminó con un fuego mirando la puesta del sol y pensando en cuándo vamos a volver hacia estos lugares para recorrer la parte norte del magnífico Olympic National Park.

Gracias nuevamente por acompañarme en estas mini pero hermosas aventuras.

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